Esas casitas que se ven arriba a la derecha es Ca Sa Catalana. Se compró con el dinero de una indemnización por muerte accidental hace 35 años y la hemos disfrutado muchas ocasiones. Es la casa de mi amiga Tere. Está en el corazón de Menorca, cerca del pueblo de Sant Climent.

El campo del vecino tiene forma de corazón y eso no es casualidad. Es justicia. Nadie lo sabía cuando este terreno se compró y fue gracias al Google Maps cuando se descubrió esa apariencia. Es emocionante.

En esta casa se vive y se descansa sin energía eléctrica y sin agua corriente. Tiene múltiples rincones donde tumbarse a leer y pensar. Nadie se va de allí por gusto: sólo las obligaciones que todos escondemos en nuestras vidas nos obligan a ello. Uno de los muchos errores que nos lastran día a día.

Esta casa es el símbolo de una oportunidad. Aún somos jóvenes para darle un giro a las cosas. La casa de Los Llamosos es una posible opción. Aprovechémosla.