En Arabia circulan imágenes de Madrid en días de fútbol. Es divertido ver cómo la solidaridad árabe trasmite el virus de la incompetencia occidental. No aprenden arte ni se interesan por la cultura; solo quieren formar parte del grupo. De la manera más fácil, en un espectáculo de masas. Dándose rienda suelta.
Hay mucha hipocresía en lo referente a las costumbres islámicas: nadie reconoce tener vicio alguno. Esto genera una cierta perversidad que no resulta nada agradable.
Por lo demás, que tocan las palmas de otra manera, con los dedos hacia arriba, en simetría. Constantemente. Tengo la cabeza sorda de palmas y cánticos.
Los siguientes, el día 15 del mes que viene.