Escribo sumergido en Bolaño, atrapado por las mil y pico páginas de 2666. México llama. Me tomaría cualquier porquería picante, carne de cerdo o de gallo pelón, condimentada a muerte con agave o con chile de árbol. Por ambientarme.

Archimboldi será un cantamañanas -o quizá sería mejor llamarle cantamañanitas- pero, como se dice en el libro, México es un país de machos que siempre ha estado lleno de maricones. Me impresiona el machismo que destila todo lo que voy sabiendo del país. ¿Será verdad o es una visión idiotamente europea del asunto?

Afortunadamente allí nos acompañarán mexicanos y mexicanas de verdad.