Miro la foto de la juerga de nochevieja y no me creo que esa sea yo, tan descocada. No me recuerdo en esa actitud, ni siquiera recuerdo haber fumado un cigarro, ni que llevara los zarzillos esos de aro grandotes.
Ni el traje escotado de lentejuelas. No recuerdo haber estado nunca tan depilado ni haberme pintado jamás una raya azul sobre las pestañas.
Creo que esa no soy yo. Qué lástima. Otra vez será.