Una refrescante foto para este calor que tenemos. Lógico calor dadas las circunstancias. Hemos mirado por la ventana esta mañana y había nevado en Soria, para que luego digan de los deportes extremos y del calentamiento global.
La verdad, a mí no me importa. Tengo motivos. El calorcito ya llegó la semana pasada y el mar Cantábrico me recibió a modo de bautismo curativo. Este Catapán te he vuelto a escuchar cantar. La grabación del corto la semana que viene tiene casi todo en orden. Y mi hijo ha vuelto sano y salvo del Viña-Rock en su coche de los ’90.
Sólo falta que se calme un poco el viento y no nos despeine más de lo estrictamente necesario.