Estuvimos entretenidos. Con los paseos, los amigos, el solecito y el calor que no tocaban, las camas blancas y espaciosas, el tiempo por delante… Dio para ver que detrás de todo estamos, debajo de la maraña que a veces nos tapa. Dio para entender que también se vive de emociones, de las nuestras y de las que regalamos.
No esta vez